El fenómeno psicológico de la pareidolia

 

 

 

¿Qué es exactamente la pareidolia?

La pareidolia es un fenómeno  psicológico por el que atribuimos formas reconocibles a objetos comunes. ¿A quién no le ha pasado que distingue objetos en las formas de una nube o ha visto en las noticias que la cara de alguien ha aparecido en una hortaliza o cosas por el estilo?
Algunos expertos han llegado a la conclusión de que las personas que ven objetos donde no los hay de forma constante tienen una ventaja evolutiva. Tal como dice Carlos Álvarez, profesor de Psicología Cognitiva en la Universidad de La Laguna, “Es posible que uno de nuestros antepasados viera una mancha amarilla entre la maleza, saliera corriendo por temor a que fuera un tigre y al final se tratara de una fruta. Pero, si alguno no huyó por sistema ante un estímulo de esas características, es muy probable que acabara siendo devorado”.
 Un estudio dirigido por la Brenner, de la universidad holandesa de Vrije explica que la forma con la que la luz llega a nuestros ojos está condicionada por las presunciones que hacemos del entorno. Dicho de otra manera, si pensamos en gatitos y vemos una nube más o menos con forma de animal (4 patas, separación entre cabeza y cuerpo, y poca cosa más) veremos un gato con todos sus rasgos bien distintivos, pero si otro piensa en perros, verá perros.

 Las caras de Bélmez

Este es un claro ejemplo de pareidolia, independientemente de que cada uno tenga su opinión de si se trata de una mentira o una realidad (preferimos no entrar en ese tema y tener una postura objetiva). En una casa del pueblo de Bélmez, Jaén, aparecieron en 1971 pigmentaciones declaradas como rostros de personas. Los parapsicólogos lo describen como el fenómeno paranormal más importante e influyente del siglo XX, pero otros estudiosos del tema lo califican de “fraude”. En el año 2007, el investigador Francisco Máñez y Javier Cavanilles (redactor del diario El Mundo) publicaron el libro “las caras de Bélmez” donde demostraban que el caso era un fraude y decían que los rostros estaban pintados. Sin embargo el personal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España no ha podido encontrar el motivo de las pigmentaciones.
pareidolia caras de bélmez
 Sobre todo, como el caso anterior, la pareidolia en el ser humano tiene especial predilección por imaginarse caras.  Muchísimos objetos de nuestra vida cotidiana son susceptibles de albergar supuestas caras, y de hecho, es progresivo. Cuantos más rasgos del ser humano intentemos ver en objetos, nuestro cerebro será más susceptibles de ver dichos rasgos. Estaremos pensando en que los vemos y por la fuerza al final los veremos.

El proyecto alfa

El proyecto alfa fue un engaño creado por James Randi en la que engañaron a los investigadores desde 1979 hasta 1983 con un supuesto vídeo falso paranormal. Un nuevo caso de pareidolia. En una película de 8 milímetros rodada por un joven que dijo tener poderes psíquicos una especie de remolino en el que se podía identificar varios rostros, concretamente una imagen de Jesús, una mujer pariendo un bebé, un torso femenino, un ovni y varios rostros. 4 años de pareidolia estudiando las curiosidades de aquella extraña película y luego resultó que el autor había escupido en la lente de la cámara.  Menuda cara se les debió poner a los parapsicólogos.

 Apariciones religiosas en objetos

 Este ejemplo de pareidolia llama muchísimo la atención. Quién a lo largo de su vida no ha escuchado algunos casos de apariciones de imágenes sagradas en los objetos más impensables. Os pongo un ejemplo. En 1994 se vendió un emparedado de queso con la imagen de la Virgen María por 28.000 dólares. En Ebay se ha subastado objetos de este tipo, como papel de váter, trozos de pared, natillas, piedras, patatas, etc. En la mayoría de los objetos también interviene la imaginación y sobre todo la presunción que antes hemos mencionado. Es algo como el placebo. Si te dicen que al tomarte esa pastilla se te quita el dolor de cabeza, es probable que el dolor desaparezca, aun siendo esa pastilla un simple caramelo. Aquí muchas veces pasa lo mismo. Si te dicen que en esa patata está el rostro de un personaje (también los ha habido de Elvis Presley) tu cerebro ya está preparado a ver ese rostro, y al final, con tiempo e imaginación, el resultado es el esperado.

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